Año que Viene, Año que se Va.

Siempre supe que este año sería muy diferente a otros, lamentablemente para mis pretensiones no termino como yo quería. Me tropéese con eso del grado, que se transformo en la gran meta del año. Me costo recuperarme de eso, principalmente porque soy un tipo muy estructurado, por ende tenia muchas cosas planeadas a partir de pasar el famoso examen. Tal vez fue para mejor que así no ocurriera, desde ese momento he aprendido varias cosas y si bien suena a cliché, es cierto. Por lo menos estoy terminando esta ultima patita del año trabajando en cosas relacionadas con mi carrera, si bien a veces es una lata, en otras tantas me entretengo harto, como en toda pega creo yo.

Como no todo puede ser estudio y trabajo dediquémosle unas líneas a este año en el aspecto futbolístico, un aspecto muy importante de mi personalidad y de mi mundo. Con m equipo partimos este año como avión, 8 partidos seguidos invictos, sin saber de derrotas y sólo dos empates, prometían que podría ser un año lleno de éxitos deportivos. Pero ahí cometimos el error, de ilusionarnos con algo que aun no llegaba ni a la mitad de su camino, nos caímos un par de partidos y no pudimos levantar vuelo, sino hasta finales de campeonato, terminamos relegados al octavo lugar.
En lo personal, fue un año pésimo. Si bien me consolide como capitán del equipo y nadie me saco de mi puesto, las lesiones me complicaron la existencia mas de lo normal, un esguince de tobillo a principios de año y lo peor de todo mi fractura del dedo gordo del pie, la cual me ha tenido 2 largos meses sin fútbol y con una fecha lejana para el retorno, 20 de Enero.

En el plano sentimental y de esa índole, si bien no soy muy corin tellado para mis cosas, me he decidido a darle un espacio al tema. La verdad que no he encontrado ninguna lolita que me llame mucho la atención desde que volví a quedar soltero (hace un año y medio ya de eso). Si bien a principios de año hubo algo o principios de algo, pero que en aquel momento que las relaciones tienen que adquirir fuerza no me dieron mucha bola, por más esfuerzo de mi parte para que la cosa resultara, me termine aburriendo y el asunto se fue a las pailas. Por ahora cero candidata, pero el verano esta ad portas, por lo cual no me quejo y a disfrutar de las bondades de la temporada de playa y piscinas.

Ahora sin la intención de haberle dado la lata a quien se haya dado el tiempo de leerme, me despido con un afectuoso abrazo de año nuevo y que el año que se viene sea mejor que el que se va.

Trabajando en Valpo.

Hace como tres semanas comencé a trabajar en una empresa en Valparaíso, es un trabajo por un tiempo corto, pero intenso, a veces latero. Como una vez me dijo mi profe de derecho comercial; “hacer estudios de títulos es fome, pero se aprende harto”, así que en eso estoy, aprendiendo.

Pero más que hablar del trabajo, de sus sabores o sinsabores, me gustaría detenerme en Valparaíso. Desde que estoy en la Universidad siempre me ha gustado el viaje a Valpo, sobre todo cuando es un día soleado, algo tiene ir en micro viendo el mar calmo, el ir y venir de las naves al entrar al puerto, el calor del sol, sea en invierno o en verano, que hacen que esa postal no me canse de observarla una y otra vez, los 365 días del año.

Hace poco, haciendo unos tramites en unas notarias, me tope con una tienda bien entretenida. Es una pequeña tienda que queda frente al “Reloj Turri” donde puedes sentarte a tomar café, a ojear libros, escuchar buena música y ver que te ofrecen en materia de películas. Los precios son económicos, CD en ofertas, libros baratos, buenos dvd. Me podría pegar fácil una hora ojeando libros, apenas me paguen me voy a pegar un plantón largo hasta encontrar algo que me guste para leer. La tienda tiene su carisma, tal vez me marco el hecho de que al entrar tocaban un tango que me ha gustado desde que vi “perfume de mujer”; “por una cabeza” cantada por Gardel, basto escuchar eso al entrar y sentir que esa ya es mi tienda de libros favoritos, además que se puede tomar café y que bien sabe el café.

Pasando el “Reloj Turri”, cuando no alcanzo a ir y volver a mi casa para almorzar, existe un local excelente para tales menesteres. Terranostra se llama, es como estar dentro de una cava de vino. Te atienden bien, se come rico y esta bien decorado, tal vez no sea el lugar mas barato, pero el “estilo” tiene un precio y en ocasiones da gusto pagarlo.

Me ha llamado la atención lo mucho que cambia la ciudad de una hora a otra, cuando llego en las mañanas, calle Prat y aledañas es un tumulto de gente, que va y viene a paso rápido y sin detenerse. Al llegar la hora de decir a dios al día laboral, el mundo es otro, las calles casi vacías, la gente se da tiempo para detenerse a conversar y el sol que se comienza a esconder entre los edificios, donde se puede ver pedazos de mar de fondo y el constante movimiento de un puerto, que nunca se detiene a descansar.